domingo, 14 de julio de 2013

CARLOS V Y FRANCISCO I. LA HEGEMONIA POR EUROPA


Francisco I y Carlos V

Nos situamos a comienzos del siglo XVI, donde años atrás, Colon descubre las Américas y abre sus puertas la economía moderna con la llegada de la globalización y la nueva apertura de mercados que consistía que el país más poderoso era el que se aprovechaba de las riquezas del lugar, nada nuevo desde antiguo y hasta la fecha de hoy que no estuviese inventado ya.

Pues resulta que Carlos I y V de Alemania accede al trono español y sus diversos territorios, que representan una inmensidad en homogeneidad -Américas, Imperio Alemán, Italia- que eran más doloroso que dejarse sacar las muelas sin anestesia en costumbres y fueros locales, diversas lenguas y pronto problemas de religión -luteranismo, calvinismo, anglicanismo y el musulmán por oriente por si la espalda no estuviese ya cargada-

El Sacro Romano Germánico Imperio Alemán por aquella época, era un conjunto de territorios en las que cada aristócrata tenía su parcelita de poder y no la soltaba ni a cañonazos de la misma manera que nuestra España de las Autonomías.

Desafortunadamente la Merckel todavía no había nacido y no eran ni de coña la locomotora europea ni tenían al resto de países agarrado por las pelotas, eso lo teníamos los españoles salvo al referente económico que pronto lo perderíamos por apostar todo a misas.

Total, que en 1516 en la Dieta de Frankfut, el recién nombrado Carlos I de España sale elegido Emperador Alemán frente a su oponente el gabacho Francisco I de Valois Angulema, después de que este pagara una talegada inmensa a los 7 representantes del Imperio -4 seglares y 3 eclesiásticos-, ni siquiera consiguió un solo voto a su favor.

Cosa que enfureció a Francisco I cuando descubrió que su oponente, el Habsburgo y nieto de Maximiliano I poseedor del Cetro Imperial, ademas de gastarse 200.000 florines oro de la época, ni siquiera recuperaría su dinero, por lo que le declaro la guerra con objeto de saber quien era el amo del corral en Europa. Y fueron cuatro las declaradas por el hijo prodigo y en todas ellas saliendo perdiendo. Se ve que tenía un ego que se lo pisaba en hacer la puñeta al Emperador.

La primera se la declaro en 1519 y duro hasta 1525. En aquella época, Carolus V, tenia un ideal de Estado caballeresco-medieval y no moderno, como en los tiempos que se avecinaban fundamentado en el sueño de Gante que consistía en una Monarquía Cristianitas; en la que el como el Emperador de la cristiandad uniría al resto de Estados cristianos en su lucha contra el musulmán, pero ni lo conseguiría -gracias en parte al maldito ego del gabacho-, ni la cristiandad permanecería unida por culpa de lutero “el putero” y su contrarreforma que se llevo a cabo en Alemania a partir de 1521 provocando el cisma con la Iglesia Catolica.

Pero vayamos al asunto que nos interesa que era su primera confrontación. Mal empezaban las cosas para el Emperador, ya que la guerra iniciada por el froilan, comenzó nada después de acabar la contienda civil de los Comuneros que se desarrollaba en Castilla, su principal Reino.

Ataco Flandes español y los Pirineos sin conseguir resultados, aunque la verdadera disputa estaba en Italia por el Ducado de Milan cuyos dueños eran los Duques de Sforza. Quien tuviese esa posesión, tendría conectados sus dominios alemanes con los italianos.

Por otra parte, el pontífice León X, creaba una coalición Inglaterra-Venecia-España con objeto de menoscabar la influencia francesa en Italia. Inglaterra con su rey -otro lumbreras que inicio una contrarreforma religiosa en su casa para poder divorciarse- Enrique VIII “el Barranqullas”, estaba mas ocupado en el ñaca-ñaca con sus doncellas y damas de corte, que en la fidelidad de con su Reina Catalina de Aragon que ademas, dicho sea de paso era la tía del Emperador y estaba de buen ver.

También hay que decir, que Inglaterra en aquella época, pintar lo que se dice pintar, pues prácticamente no pintaba nada como reino. Era interesante tenerlos en plan coche escoba, pero nada más. No es la Inglaterra que se comía el mundo como antaño, para esa época habrían de pasar siglos antes de que ocurriera como así ocurrió tras la batalla naval de Trafalgar en 1805.

Pero a lo que íbamos, mientras Inglaterra atosigaba a Francia en Caleis. Las tropas pontificias e imperiales tomaron Millan he hicieron huir a las tropas mercenarias suizas de Francisco I, que como dijo un clásico anteriormente: “de tropas fiables y eficaces pasaron a convertirse en tropas de café con leche”, y repusieron a los Sforza, pero puestos en orbitra por los Hasburgo.

Mientras León X moría dejando una deuda histórica en el Vaticano que ya la quisiera Barcenas en el PP , y asumía el cargo Adriano VI de Utrech que anteriormente había sido corregente en España y discípulo del Emperador Carlos V, la contienda continuaba.

De paso Genova que estaba en manos francesas también quiso quitarse su yugo, por lo que se rebelelo y hay fueron las tropas imperiales para tomar y saquear la ciudad. Una forma un tanto extraña de hacer nuevos aliados para el futuro, pero en fin, eran tiempos duros para la época.

Francisco I no se quedo parado y después de reunir un poderoso ejercito, asedio la ciudad de Pavía durante tres meses hasta lograr tomarla. Aun así, el 24 de Febrero de 1525 en la subsiguiente batalla, fue un desastre para Francisco I ya que su ejercito cayo y él fue hecho prisionero por Juan de Urbieta natural de Hernani y de un Tercio Guipuzcoano. Ya dijo el Rey francés que temblaba solo de pensar al errenditu y sus colegas en América, pero en fin eso es otra historia.

Tras el cautiverio en España y el tratado humillante de Madrid en 1526 en el que tuvo que hacer concesiones territoriales en Itallia fue devuelto a Francia a cambio de sus hijos y de personajes notables de su Corte; pero como el Tratado de Madrid proporcionaba una tremenda hegemonía a España sus aliados abandonaron su patrocinio con está.

Pero mientras, otro nuevo papa llegaba al pontificado vaticano. Esté era el hispanofobo Clemente VII que rápidamente llevo a una alianza con Francia y otros países -Milan, Genova, Venecia, Estados Pontificios e Inglaterra- en la liga de Coñac para terminar con la hegemonía de España en Italia.

Hay se produjo en 1527 el saco de Roma por parte de las tropas indisciplinadas y mal pagadas de Carlos V, que ademas contaba con alemanes luteranos entre sus filas por lo que la huida de Clemente VII de Roma fue algo para recordar. Ya que el Papa se tuvo de remangar la sotana y con sus sandalias del pescador tuvo que correr la carrera de su vida mientras que la Guardia Suiza trataba de quitarle a las tropas del Emperador como si se quitasen avispas del culo.

Mientras viendo los acontecimientos que se torcían para el Rey francés, esté, intervino en 1529 volviendo a ser derrotado. Por la Paz de Cambresi o de las Damas, rechaza sus derechos dinásticos en Milan, Napoles, Artois, Franco Condado y paga un rescate de dos millones de escudos por sus hijos que como hemos dicho, se habían quedado en Madrid, el Delfín, futuro Enrique II y el Duque de Orleans.

Seis años escasos duro la paz entre ambos contendientes, pero eso no quiere decir que la diplomacia no dejase de funcionar. Mientras Carlos V, tuvo que resolver todo tipo de problemas otomanos en el mar Mediterráneo y el luteranismo en el Imperio Alemán, Francisco I, denominado por el Papa Clemente VII como Rey Cristianisimo -gran idea la suya por su forma de actuar- no dudaba en aliarse con ellos y ser una sangría permanente en hombres y recursos para el Emperador.

La tercera contienda entre ambos soberanos estallo porque el Duque de Milan Francisco II Sforza murió sin descendencia masculina y el Francisco I, pidió que uno de sus hijos se casara con la viuda del Duque, Cristina de Dinamarca que era a la vez sobrina del Emperador. Este hecho hacia incumplir lo pactado anteriormente por Francisco I en cuanto a las ambiciones territoriales de Francia en Italia, pero eso al rey francés le importaba un higa.

Rápidamente hubo una guerra de dos años en el que los contendientes daban síntomas de fatigas y un nuevo Tratado de paz y amistad: El de Niza auspiciado por el nuevo pontífice Paulo III que veía con temor el auge del Imperio Otomano y la rapidez con la que se propagaba en Alemania el protestantismo. El Papa evidentemente buscaba la reconciliación de estos dos poderosos soberanos para aunar fuerzas contra la herejía.

En esta ocasión ambos soberanos llegaron a un buen entendimiento y Carlos V se dedico a combatir al Otomano con ahincó, pero en 1541 la expedición contra Argel fracaso estrepitosamente y hay, Francisco I no dudo en aprovechar la ocasión.

Ademas estaba el hecho de que Carlos V se anexiono Milan para su hijo Felipe -el futuro Rey de España-. Francisco I esgrimió el asesinato de sus plenipotenciarios cuando pasaban por este lugar para ir a donde el otomano a realizar nuevas alianzas entre ambos países en perjuicio del Emperador. Después de declararle al guerra en 1542-1544 ambos contendientes estaban exhaustos en recursos financieros y de hombres por lo que a Carlos V no le quedaba otro remedio que negociar.

Ademas del problema otomano, tenía también el problema del protestantismo en el Imperio que se le había enquistado y necesitaba solucionarlo con urgencia a través de las armas, ya que los príncipes del Imperio iban cada uno a lo suyo y que cada cual se lamiese el órgano correspondiente y así, si podían dar por saco al Emperador mejor que mejor para así tener su terruño de poder particular y diferencial.

Pero a lo que íbamos la Paz de Crepy estipulaba por primera vez que Carlos V tenía que hacer concesiones a Francisco I. Esas concesiones eran entregar Milan a un hijo de Francisco I, el Duque de Orleans casandolo con la Duquesa Ana. El problema estaba, que el Delfin y futuro Enrique II no estaba de acuerdo con las negociaciones, pero eso es otra historia.


Al final, y a nueve días para que entrase en vigencia el tratado en Duque de Orleans muere enfermo y Milan es conservado por España. Francisco I y Carlos V no tienen que hacer frente a las obligaciones del tratado y se mantiene el statu quo del Tratado de Niza anterior. Después de eso, a los pocos años ambos reyes fallecen.