lunes, 25 de junio de 2012

TITULACIONES FRAUDULENTAS


ETARRA UTILIZANDO EL INTELECTO
Cuando ETA nació hacia mediados de los años 50 del siglo XX, sus activistas eran generalmente jóvenes activistas que hartos de que sus mayores no hacían nada contra el Régimen Franquista, o la Dictadura que se vivía en España; decidieron ponerse manos a la obra y realizar acciones contra esta.

ETA, evidentemente evoluciono a peor, y a pesar de que en sus inicios había tenido activistas cuya inteligencia era superior a la media española -caso de Mario Onaindia por ejemplo, que fue sentenciado a muerte en el Proceso de Burgos durante el franquismo, y acabo viéndose obligado a llevar escolta por la persecución de la banda terrorista de ETA cuando era Senador del PSOE- a partir de finales de los ochenta y principios de los noventa, las cosas no volvieron a ser así. Esto, fue debido sobretodo al fanatismo de la banda y a su radicalización en sus postulados a pesar de que en España cogió el camino de la senda democrática.

El problema de ETA ha sido, que debido al Proceso de Burgos, la banda consiguió su mistificación tanto a nivel nacional como internacional, y eso hizo que muchos jóvenes independientemente de sus apellidos o de su región de nacimiento, la apoyasen tanto a ella como sus postulados.

Eso produjo -sobre todo a partir de finales de los 70- que el fanatismo, la violencia y el odio hacia lo español se impusiera como consigna política y como hecho diferenciador del pueblo vasco. Ellos a fin de cuentas decidieron asumir quienes eran vascos y quienes no. Y naturalmente, todo a quien se enfrentase a sus postulados y los llamase totalitarios era un traidor al pueblo vasco y por tanto, o bien era eliminado, o mediante presión, amenazas y chantaje se le obligaba a abandonar el País Vasco.

Con el tiempo las fuerzas de Seguridad del Estado fueron apresando etarras, pero debido a los partidos nacionalistas y al pasteleo político nacional, se les permitieron conseguir una serie privilegios distintos a los presos comunes como por ejemplo, poder realizar sus estudios en La UPV del País Vasco.

La cuestión es que si antes eran estudiosos, esta nueva remesa de etarras eran fanáticos inculcados en el odio y sobre todo, nada estudiosos y sobre todo de falta completa de intelecto como así decían sus antiguos compañeros de clase o ex-profesores. El gravamen es que lo eran en plena democracia debido a que el PNV que estuvo en la lehendakaritza del año 1979 -año de inicio del Estatuto de Autonomía- hasta el año 2009 hizo bien poco o directamente fomento dichos postulados a través de la Escuela Pública Vasca haciendo que por ejemplo; se colasen miles de profesores en los institutos públicos que a pesar de no tener ninguna licenciatura para ser profesores, eran de ideología nacionalista y sabían la mayor parte de ellos hablar euskera, pero no hacer comprender su gramática a sus alumnos. Pero eso, evidentemente no era lo importante; lo importante era adoctrinar a futuros jóvenes vascos en su doctrina sectaria , racista y excluyente.

Por ello, tras conseguir por parte de las Cortes nacionales que pudieran estudiar en La UPV, buena parte de ellos comenzaron a conseguir las titulaciones académicas: EGB, Bachillerato, Diplomaturas, Licenciaturas, etc, sin abrir un solo libro, es decir, los profesores que los corregían, a pesar de que la mayoría era de ámbito constitucionalista y solo se dedicaban a examinarles; por miedo a las consecuencias de suspenderles, siempre les ponían las máximas notas en sus expedientes e incluso en muchos casos dichas pruebas se realizaban en fechas de fiestas nacionales como: navidad, el día de Santiago, etc, etc.

Pero, ¿como lo conseguían? ¿Se debía simplemente a miedo o realmente eran estudiosos?

Esta respuesta es fácil de contestar siempre y cuando hayas formado parte del profesorado de la UPV en las últimas décadas. Si bien es cierto como he dicho anteriormente que la mayoría de los profesores de la UPV son constitucionalistas -de hecho, hasta los propios profesores nacionalistas se quejaban del bajo presupuesto que el gobierno del PNV le otorgaba a La UPV-, la administración de esta en cambio, esta integrada por una parte importante del mundo abertzale.

¿Pero esto, que relación tiene con los presos etarras; y lo más importante como sacaban las máximas notas si durante su adolescencia habían demostrado una clara nulidad ante los estudios?

Fácilmente; ellos se matriculaban y el día que tenían que hacer el examen en una parte acomodada y aislada de la cárcel; ellos o mejor dicho, la mayor parte de ellos ponían sus nombres y apellidos en la asignatura de la que se examinaban y después, estos exámenes se entregaban a los funcionarios de prisiones. Estos, los metían en un sobre sellado y se enviaba a La UPV correspondiente.

La administración de La UPV los recogía. Naturalmente, se ocupaba una persona del entorno abertzale y en la mayor parte de los casos independientemente de que algún administrativo estuviese en contra se los llevaban a su casa, Herriko Taberna o Gaztetxe. Hay, sin ningún tapujo ni miramiento se abría el sobre y con el libro de texto encima de la mesa se realizaba el examen.

Evidentemente, los exámenes los rellenaba la misma persona; a pesar de que la letra fuese la misma, pero diferente escritura en relación a nombre y apellidos que los etarras habían puesto en la cárcel. En el último paso, los exámenes se volvían a meter en el sobre y chapuceramente -en la mayoría de los casos- se intentaba aparentar que no había sido abierto.

Luego, el sobre se entregaba al Catedrático o profesor que tenia que corregirlos. Este, cuando naturalmente veía el estado del sobre o que los exámenes eran escritos por la misma persona y que ponía las mismas palabras que los libros de texto, emitía una protesta a la administración. Y hay, siempre el entorno abertzale le advertía que o corregía el examen o se abstuviese a las consecuencias.

Evidentemente todos por miedo corregían los exámenes, lo que no sabían los abertzales es que tanto los funcionarios de prisiones cuando descubrieron que el examen en blanco que habían hecho los etarras, estos habían sacado dieces, comenzaron a fotocopiar los exámenes antes de enviarlos a La UPV. Ademas se pusieron en contacto con los Catedráticos para que diesen explicaciones; e incluso algunos de ellos también hicieron lo mismo y acudieron a la Guardia Civil o la Policía Nacional. Naturalmente, también hay que decir que una parte de la administración de La UPV que no era abertzale puso su granito de arena al fechar los exámenes con fechas de fiesta nacional para que en un futuro se pudieran impugnar dichos exámenes.

El escándalo actual es, que a pesar de las cientos de prueba que tiene el Estado, -Aznar a finales de los 90 les cancelo los privilegios y volvieron a examinarse en La Uned en la que el 90% de los etarras que cursaban en La UPV, automáticamente dejaron los estudios- su clase política nacional no hace nada para denunciarlo a la opinión pública, ya que de hacerlo se correría el peligro que ademas de la indignación general, algunos estudiantes podrían reclamar con razón para si mismos los mismos privilegios para aprobar. Esto, naturalmente a pesar de ser un escandalo, ya que si los etarras ademas de matar a un constitucionalista, se les premia con una licenciatura, sería razonable pensar que los estudiantes de este país quisieran obtener los mismos derechos a pesar de ser motivos repugnantes e ilegales en un Estado que se presupone que es de democratico y de Derecho.